En
la hora desnuda
sólo
eso
un
segundo de luz y paraíso
de
aquellos que la amaron
sabe
los rostros mudos y su temblor de ala
todos
juntos
abran
el cofre y vea ella
esos
diamantes escondidos
libres
al
fin del cepo las palabras
que
mansamente caigan esos copos
de
nieve
sin
red
en
un segundo blanco
sobre
el regazo de su mirada cobijados
de
par en par
las
dos puertas abiertas
sólo
un
paso
decir
adiós así
que
el saco no se cierre
sin
librarle a la voz de sus cadenas
tacto
y
aire
encuentre
allí esa voz
sus
zapatos perdidos
al
fin cerrado el círculo del mundo
en
la hora desnuda
sólo
eso
un
segundo de luz
y
paraíso
Esperanza
Ortega
España
Palencia
el 15 de octubre de 1953
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